Depresión
Una enfermedad silenciosa

Una enfermedad silenciosa
Todos hemos sentido sensaciones de tristeza, la tristeza es un sentimiento consustancial de los seres humanos, pero la depresión es muy distinta.
Alguien que tiene una forma de funcionamiento previo y empieza a tener un cambio, comienza a sentir tristeza, perdida del gusto por las cosas de la vida, la capacidad de disfrutar, generalmente empiezan a aparecer algunas señales de alarma, por ejemplo: empezar a dormir mal, despertarse más temprano de lo acostumbrado, dificultad con la comida, pérdida de peso, dificultad para concentrarse; que muchos la asocian a “Pérdida de memoria”, sensación de cansancio, ideas pesimistas, de fracaso, ideas relacionadas con la muerte, “yo ya cumplí mi tarea aquí”, “no soy bueno para nada”, “Todo me sale mal”…
Todo esto se termina reflejando en tu funcionamiento cotidiano, se empieza a atraer dificultades en la vida personal, familiar y laboral. Si esto se hace persistente y duradero, y te dura más de dos semanas, entonces podemos hablar de una depresión, algo diferente a la tristeza.
Todos tenemos tristeza, tenemos duelos, perdidas, muchas situaciones de la vida cotidiana, pero cuando esto se te vuelve persistente, duradero y disfuncional estamos hablando de una sintomatología que nos está generando una alerta.
Las personas siempre hemos asociado que las flaquezas de las emociones eran cosas de la voluntad, por eso es normal escuchar que se diga: “Pero ponga de su parte, mire que usted puede, ponga voluntad” muchas veces no es que la persona no quiera trabajar en su situación, es que simplemente no puede.
Cuando intentamos comprender el origen de los trastornos emociones, podemos decir que todos tenemos la posibilidad de que se nos presente en algún momento de la vida. La depresión es tan o más común que las enfermedades físicas, es la primera causa de ausencia laboral.
Una persona que haya vivido tranquila, positiva toda su vida, y con buen estilo de vida puede caer en depresión, todos podemos tenerla. Hay fenómenos biológicos que pueden despertarla.
Reconocer que estamos deprimidos, puede facilitar que empecemos a sanar, es algo que puede salvar muchas vidas.
Es importante buscar ayuda profesional, no hay que perder el norte, el equilibro emocional también se rompe y cuando encontramos esas señales, debemos prestarles atención y hacer algo para empezar a recuperar ese equilibrio que perdimos.
Un tercero, un observador neutral puede ayudarnos a entender que es lo que está pasando. No te auto-mediques, eso no es bueno, todos somos diferentes. Lo que le funciona a uno, no siempre es bueno para todos. Si te identificas con alguna de esta sintomatología, ábrete a las alternativas, pero no dejes que avance. No hay una formula mágica para sanar, pues lo que le sirve a mi vecino, no necesariamente me sirve a mí.
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