Autosabojate

¿Cuántas relaciones has empezado y tú mismo has hecho que no funcionen?,¿Cuántos proyectos has dejado a la mitad solo porque crees que no puedes? O simplemente se quedan en tu cabeza y no los realizas…

Siempre nos estamos juzgando, culpándonos, diciéndonos: “Yo no tengo los recursos suficientes, no tengo las oportunidades que el otro tiene” “No soy suficientemente bueno” Ese es el autosaboteo que no nos deja avanzar, que nos limita en los aprendizajes y nos impide lograr lo que realmente queremos. Todos estamos inmersos en él y no nos damos cuenta.

Nos autosaboteamos de muchas formas, conscientes e inconscientes. El autosabotaje consciente es la ingratitud, la baja autoestima, la queja, el resentimiento, la desvalorización, el no percibir nuestra grandeza interna y nuestra conexión con la divinidad.

El autosabotaje inconsciente, tienen que ver con las heridas ancestrales y de vida, con las heridas que manejamos en función de la interpretación equivocada de los sucesos que la vida nos está entregando, pero que pensamos que tenemos la razón.

También vienen de las creencias que hemos aprendido desde pequeños, y creemos que son la única verdad. Hemos sido educados y programados por personas que están tan ciegos como nosotros, y en función de esa ceguera ellos nos van guiando desde sus propias heridas.

Es una trampa que, en muchos casos va disfrazada de amor, y en función de ese amor podemos anular a las demás personas o devolverles lo que nos han dado y básicamente podemos entregar aquello que hemos recibido.

Si tenemos un filtro sucio, veremos todo distorsionado. Cada ser tiene una interpretación diferente de la realidad y desde esa interpretación opta como vivir su vida y crea lo que elige que pase dentro de sí mismo, sus emociones y la ruta que va a recorrer.

Nos corresponde aprender a ser aprendices de la vida, saber que la vida nos ofrece múltiples posibilidades y los resultados que creamos son los que me dicen si necesito asimilar algo nuevo o cambiar de camino con una actitud de humildad.

Muchas personas me dicen en consulta: “quiero cambiar, desaprender y volver a aprender, pero no me da, tengo cosas en mi cabeza que no me dejan mover, y cuando empiezo a recorrer un nuevo camino aparecen mis padres o amigos a decirme: ¿usted se enloqueció o se embobó?” Nadie puede volar como las águilas, si está rodeado de patos, y si sigue pensando como pato.

Es imposible pensar y pretender avanzar con las mismas herramientas y recursos. Necesitas atreverte a hacer las cosas diferentes, pero sobre todo aprender a ver las cosas desde un punto de vista diferente.

No puedes pensar que vas a caminar solo, necesitas el apoyo de alguien que te pueda guiar, un mentor, un psicólogo, un terapeuta, un coach que te inspire. No te quedes solo o con tus propios recursos, la guía de otra persona ya es una gran ayuda.

Quieres ir del lugar A al lugar B, ¿con qué recursos cuentas?,¿Qué tienes que hacer para lograrlo?,¿Cómo puedes hacer para…?, ¿A quién tienes que llamar?… Estas son preguntas de acción que te llevaran a descubrir un nuevo sendero.

Con mucho amor, te corresponde aprender a honrar a papá y mamá, reconociendo que no necesariamente sus heridas también tienen que ser las tuyas, es reconocer que ellos hicieron lo mejor que podían con aquello que tenían, aun si te abandonaron o murieron y no pudiste disfrutarlos, aun si te maltrataron.

Honrarlos, implica que les pidas el permiso para vivir tus propias experiencias, decirles: “papá y mamá yo los honro y les doy este lugar en mi vida” ellos deben estar detrás de ti, para impulsarte y tú, tomas la decisión legitima diciendo: “Quiero hacerlo a mi propia manera, con mis propios recursos y atreviéndome a cometer los errores inherentes a esta elección, porque no existe camino perfecto, existen una gran capacidad de levantarse una y otra vez cada vez que he tenido un aprendizaje”. La suma del camino de aprendizaje, es una oportunidad para elevar tú nivel de consciencia.

Aprender a reconocer que lo que la vida te presenta es una proyección de lo que está dentro de ti, cuando te amas, te abrazas y te reconoces a ti mismo, tu nivel de consciencia se eleva.

Tú eres el que juzga las cosas como buenas o malas de acuerdo al sistema de creencias que posees. No hay bien, ni mal, existen diferentes interpretaciones de aquello que en tu vida juzgas. Si vas al origen y transformas tu percepción, cambia tu realidad.

Reconocer que no eres lo que estás pensando, es el primer paso para actuar y dejar de autosabotearte.

Reprograma tu mente desde un dialogo constructivo. Gastas e inviertes la misma energía diciéndote: “no sirvo para nada, no voy a poder, no soy suficientemente bueno, voy a fracasar”, que si empiezas a decirte” soy extraordinario, soy exitoso, todo lo que hago genera grandes resultados. Tengo la capacidad para crear todo lo que merezco en mi vida” – Soy un imán para el dinero y las cosas buenas que la vida tiene para mí, el dinero llega a mi abundantemente y sin esfuerzo.

Así dejas de estar en la sintonía del estancamiento, y te conectas con la energía de la abundancia, empiezas a ser coherente. Yo soy testimonio real de lo que les comparto, tu puedes pasar de una situación compleja a una situación de abundancia transformando tus creencias y pensamientos.