Es tiempo de cerrar ciclos y dar paso a lo nuevo en tu vida.
Cerrar ciclos te permite avanzar, seguir adelante, sanar.

Cerrar ciclos te permite avanzar, seguir adelante, sanar.
Lo primero que tienes que tener presente es que todos los seres humanos queremos ir hacia adelante, hacia el futuro, lograr nuestras metas y objetivos, sin embargo, de alguna manera el pasado nos sigue atando. Es importante revisarnos desde diversos ángulos para comprender que aprendimos de esa experiencia, revisar nuestras acciones, decisiones, emociones, que hicimos y que dejamos de hacer, todo eso conjugado genera un resultado.
El pasado puede convertirse en una cadena que nos ata o en la oportunidad para aprender. Tú eliges.
El pasado no se puede cambiar, lo que ya paso; paso. Y paso para algo. Eso te ha servido para avanzar en el camino.
El segundo paso es el aprendizaje. ¿Qué me enseñó esa situación? Y vivirla desde el perdón.
Aquí juega un papel importante el Arcángel Zadquiel, recuerda que con él trabajamos la Ley del perdón, que es tan liberador. El perdón no es con el otro, es con nosotros mismos. Perdonarme es domarme a mí mismo la oportunidad de hacerlo mejor.
El tercer paso es enfocarme, ir a la acción, ya hemos hablado de la ley de la intención, define con claridad que deseas realmente ¿Qué es eso que quiero recibir del universo? – ¿Qué es eso que quiero lograr?, paso seguido debo establecer un método, una forma o una acción sencilla que quiero llevar a cabo. De nada sirve ter una intención si no la llevo a la acción.
¿Cómo saber que ciclos debo cerrar? – Pon punto final a eso del pasado que te afecta en el presente. El perdón sin acción no sirve. Deja de responsabilizar a otros por lo que te sucede, eres tu quien se enferma y eres tu quien se puede empezar a sanar.
Cuando me doy cuenta del aprendizaje de cada ser, genero consciencia de que no tengo nada que perdonarles, si no comprender. Porque cada Ser actúa de acuerdo al nivel de consciencia que tiene en su vida.
El ser humano está dominado por el ego, ese es el que nos dice frecuentemente: Me duele, me hace daño, me quiero sacar este clavo y me lleva a acumular tensión, el ego es el que da explicaciones, se engancha en discusiones sin sentido queriendo tener la razón.
Para trabajar el perdón, me corresponde irme a lo que soy, cual es mi realidad, pienso en cómo me quiero sentir, como se siente estar sano y me sintonizo con esa frecuencia para avanzar.
Basta de quedarme en el dolor, en lo que no funcionó, en el resultado que no logre adecuadamente como lo quería, es momento de abrirme a la posibilidad de estar bien. Te pregunto: ¿si una célula que estaba sana enfermó, porque una célula enferma no puede sanar? Todo es posible si cambio mi actitud.
¿Si te das cuenta que algo te hace daño, para que sigues permitiendo que te lastime?
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